Pierce Brosnan le dio una segunda oportunidad al amor después de la tragedia y ahora, tantos años después, parece imposible pensar en una imagen que no sea la del intérprete de 72 años al lado de Keely Shaye Smith. Ambos aparecieron juntos recientemente en el estreno de Mobland, —su título en español es Tierra de mafiosos—, la serie dirigida por Guy Ritchie sobre el mundo del hampa y que el irlandés protagoniza junto a Tom Hardy. Con dicha alfombra roja, Smith le mostraba su apoyo a Brosnan, que a pesar de ser irlandés ha recibido algunas críticas por haber «forzado el acento».
El que fuera James Bond en cuatro ocasiones ya ha declarado que una de las grandes cualidades de su esposa ha sido el hecho de ser un apoyo constante y alguien tremendamente comprensivo. También funciona en viceversa, ya que Keely Shaye Smith ha recibido multitud de comentarios maliciosos en redes sociales debido a su peso y a que no entra en los cánones de belleza que se le presuponen quizá a una estrella de Hollywood.
«Amo profundamente cada curva de su cuerpo. Para mí, es la mujer más hermosa que existe. Espero ser digno de ella siempre. Y no me importa si cambia, porque yo la amo por quién es, no por lo que se ve. Ni aunque la buscara un millón de veces encontraría a una igual de buena», ha llegado a decir de ella, a quien se ha llegado a referir como «una especie de ángel».
Pero al fin y al cabo hablamos de una mujer que ha envejecido junto a su esposo y que ha preferido llevar una vida sencilla y centrada en su trabajo, algo que otra parte de las redes ha venerado, así como al actor por demostrarle su amor constante desde que se conocieron, en una fiesta para famosos y celebrities celebrada en una playa de México en 1994. Porque para cuando se conocieron, Brosnan no solo era una estrella, sino que era una estrella que acababa de ser elegido para interpretar a la nueva versión del agente 007 y, además, también había enviudado recientemente.
Brosnan había conocido a la actriz australiana Cassandra Harris, su primera esposa, en 1977, pasando por el altar a finales de 1980. Ella ya tenía dos hijos, Christopher y Charlotte, de un matrimonio anterior, que el intérprete no dudó en adoptar como suyos —el padre de ambos, Dermot Harris, había fallecido en 1986—, así como tuvieron, en 1983, a su único hijo, Sean. Sin embargo, Cassandra perdería la vida a causa de un cáncer en 1991.
Fue en ese contexto, con el actor ya consolidado gracias a sus papeles en la serie Remington Steele o las películas La señora Doubtfire o El cuarto protocolo y a punto de encarnar por primera vez al agente secreto al servicio de Su Majestad en Goldeneye, en el que Brosnan y Smith coincidieron en aquella playa mexicana. Él era un sex symbol, pero ella no le quedaba a la zaga, dado que ya había hecho sus pinitos como actriz —con diez episodios en Hospital Central—, había aparecido en el exitoso videoclip de MTV de Stuck With You, de Huey Lewis and the News y, además, era corresponsal de televisión.
Keely, nacida el 25 de septiembre de 1963 en Vallejo, en el estado de California, se había hecho un hueco en The Home Show, de la cadena ABC, como presentadora de las noticias sobre medio ambiente, lo que incluso le había valido un par de Genesis Awards, que otorga la Humane Society of the United States a las personalidades televisivas que provocan cambios en la sociedad, así como desde entonces también ha recibido un amplio número de menciones honoríficas, dada su labor filantrópica o sus artículos periodísticos.
Curiosamente, fue su trabajo lo que la llevó a acudir a dicha fiesta en México, pues tenía que entrevistar a otra celebrity, si bien no dudó en aparcar sus asuntos laborales para conocer a Brosnan. «No dudó en presentarse», reconocería más tarde, en una entrevista con la revista People en 2001, el actor, que rememoró cómo concertaron una cita apenas unos días después y que supuso el verdadero inicio de su amor gracias a la conexión que vivieron cogidos de la mano bajo el cielo estrellado. «Sobre nosotros había fuegos artificiales y estaba sonando Kenny Loggins. Estuvimos hablando hasta las tres de la mañana», añadió.
El intérprete reconocería a Vanity Fair más tarde que no estaba pasando por un buen momento, ya que se trataba de «una época de gran introspección y miedo por lo que le pudiera pasar a una persona» a la que amara, pero aquello no fue óbice para que todo funcionase. Sobre todo porque se había apoyado en una de sus grandes pasiones, la pintura, de la que admite que ha llegado a ser, y sigue siendo, «terapéutica». «Una noche oscura saqué las pinturas para intentar controlar de una manera tangible el dolor y lo que estaba pasando en mi cabeza y en mi corazón. Preparé los lienzos y empecé a pintar con los dedos. Fue puro instinto e intuición. Pensé que iba a plasmar la oscuridad y me salió lleno de color. Ahí empezó todo», contó Brosnan.
Además de apoyarle en su faceta como actor, también Pierce se ha convertido en un firme defensor del medio ambiente junto a su esposa desde hace 24 años. Tras casarse el 4 de agosto de 2001 en el Castillo de Ashford, en Irlanda, y habiendo tenido dos hijos juntos, Dylan Thomas y Paris Beckett, la pareja ha demostrado su vínculo incluso en los momentos más difíciles, como al fallecer Charlotte, una de las hijas que había adoptado Brosnan, en 2013 debido a un cáncer de ovarios, la misma enfermedad que se llevó la vida de su madre.
Keely, que ha trabajado en programas de la NBC, CBS o HBO, casi siempre como corresponsal, presentadora o experta en temas como el cambio climático o incluso jardinería, también ha llegado a ser productora, creando programas hogares y jardines ecológicos, como Home Green Home para PBS.
Asimismo, juntos han colaborado con multitud de asociaciones y organizaciones para frenar construcciones que iban en contra del medio ambiente, para sufragar los gastos de ayuda humanitaria a lugares y personas desprotegidas y desfavorecidas o para inducir cambios en la legislación, en ocasiones testificando ante la Agencia Estatal de Protección Animal o posicionándose contra el comercio y caza científica de ballenas en todo el mundo.
El actor y la periodista se conocieron en una fiesta en México en 1994.
Pierce Brosnan le dio una segunda oportunidad al amor después de la tragedia y ahora, tantos años después, parece imposible pensar en una imagen que no sea la del intérprete de 72 años al lado de Keely Shaye Smith. Ambos aparecieron juntos recientemente en el estreno de Mobland, —su título en español es Tierra de mafiosos—, la serie dirigida por Guy Ritchie sobre el mundo del hampa y que el irlandés protagoniza junto a Tom Hardy. Con dicha alfombra roja, Smith le mostraba su apoyo a Brosnan, que a pesar de ser irlandés ha recibido algunas críticas por haber «forzado el acento».. El que fuera James Bond en cuatro ocasiones ya ha declarado que una de las grandes cualidades de su esposa ha sido el hecho de ser un apoyo constante y alguien tremendamente comprensivo. También funciona en viceversa, ya que Keely Shaye Smith ha recibido multitud de comentarios maliciosos en redes sociales debido a su peso y a que no entra en los cánones de belleza que se le presuponen quizá a una estrella de Hollywood.. «Amo profundamente cada curva de su cuerpo. Para mí, es la mujer más hermosa que existe. Espero ser digno de ella siempre. Y no me importa si cambia, porque yo la amo por quién es, no por lo que se ve. Ni aunque la buscara un millón de veces encontraría a una igual de buena», ha llegado a decir de ella, a quien se ha llegado a referir como «una especie de ángel».. Pero al fin y al cabo hablamos de una mujer que ha envejecido junto a su esposo y que ha preferido llevar una vida sencilla y centrada en su trabajo, algo que otra parte de las redes ha venerado, así como al actor por demostrarle su amor constante desde que se conocieron, en una fiesta para famosos y celebrities celebrada en una playa de México en 1994. Porque para cuando se conocieron, Brosnan no solo era una estrella, sino que era una estrella que acababa de ser elegido para interpretar a la nueva versión del agente 007 y, además, también había enviudado recientemente.. Brosnan había conocido a la actriz australiana Cassandra Harris, su primera esposa, en 1977, pasando por el altar a finales de 1980. Ella ya tenía dos hijos, Christopher y Charlotte, de un matrimonio anterior, que el intérprete no dudó en adoptar como suyos —el padre de ambos, Dermot Harris, había fallecido en 1986—, así como tuvieron, en 1983, a su único hijo, Sean. Sin embargo, Cassandra perdería la vida a causa de un cáncer en 1991.. Fue en ese contexto, con el actor ya consolidado gracias a sus papeles en la serie Remington Steele o las películas La señora Doubtfire o El cuarto protocolo y a punto de encarnar por primera vez al agente secreto al servicio de Su Majestad en Goldeneye, en el que Brosnan y Smith coincidieron en aquella playa mexicana. Él era un sex symbol, pero ella no le quedaba a la zaga, dado que ya había hecho sus pinitos como actriz —con diez episodios en Hospital Central—, había aparecido en el exitoso videoclip de MTV de Stuck With You, de Huey Lewis and the News y, además, era corresponsal de televisión.. Keely, nacida el 25 de septiembre de 1963 en Vallejo, en el estado de California, se había hecho un hueco en The Home Show, de la cadena ABC, como presentadora de las noticias sobre medio ambiente, lo que incluso le había valido un par de Genesis Awards, que otorga la Humane Society of the United States a las personalidades televisivas que provocan cambios en la sociedad, así como desde entonces también ha recibido un amplio número de menciones honoríficas, dada su labor filantrópica o sus artículos periodísticos.. Curiosamente, fue su trabajo lo que la llevó a acudir a dicha fiesta en México, pues tenía que entrevistar a otra celebrity, si bien no dudó en aparcar sus asuntos laborales para conocer a Brosnan. «No dudó en presentarse», reconocería más tarde, en una entrevista con la revista People en 2001, el actor, que rememoró cómo concertaron una cita apenas unos días después y que supuso el verdadero inicio de su amor gracias a la conexión que vivieron cogidos de la mano bajo el cielo estrellado. «Sobre nosotros había fuegos artificiales y estaba sonando Kenny Loggins. Estuvimos hablando hasta las tres de la mañana», añadió.. El intérprete reconocería a Vanity Fair más tarde que no estaba pasando por un buen momento, ya que se trataba de «una época de gran introspección y miedo por lo que le pudiera pasar a una persona» a la que amara, pero aquello no fue óbice para que todo funcionase. Sobre todo porque se había apoyado en una de sus grandes pasiones, la pintura, de la que admite que ha llegado a ser, y sigue siendo, «terapéutica». «Una noche oscura saqué las pinturas para intentar controlar de una manera tangible el dolor y lo que estaba pasando en mi cabeza y en mi corazón. Preparé los lienzos y empecé a pintar con los dedos. Fue puro instinto e intuición. Pensé que iba a plasmar la oscuridad y me salió lleno de color. Ahí empezó todo», contó Brosnan.. Además de apoyarle en su faceta como actor, también Pierce se ha convertido en un firme defensor del medio ambiente junto a su esposa desde hace 24 años. Tras casarse el 4 de agosto de 2001 en el Castillo de Ashford, en Irlanda, y habiendo tenido dos hijos juntos, Dylan Thomas y Paris Beckett, la pareja ha demostrado su vínculo incluso en los momentos más difíciles, como al fallecer Charlotte, una de las hijas que había adoptado Brosnan, en 2013 debido a un cáncer de ovarios, la misma enfermedad que se llevó la vida de su madre.. Keely, que ha trabajado en programas de la NBC, CBS o HBO, casi siempre como corresponsal, presentadora o experta en temas como el cambio climático o incluso jardinería, también ha llegado a ser productora, creando programas hogares y jardines ecológicos, como Home Green Home para PBS.. Asimismo, juntos han colaborado con multitud de asociaciones y organizaciones para frenar construcciones que iban en contra del medio ambiente, para sufragar los gastos de ayuda humanitaria a lugares y personas desprotegidas y desfavorecidas o para inducir cambios en la legislación, en ocasiones testificando ante la Agencia Estatal de Protección Animal o posicionándose contra el comercio y caza científica de ballenas en todo el mundo.
