Un equipo internacional de científicos ha detectado potentes corrientes submarinas de pequeño tamaño que, a pesar de su escala, podrían estar moldeando el clima global de formas mucho más profundas de lo que se pensaba.. El hallazgo, publicado en la revista Nature, sugiere que estos ‘minúsculos remolinos’ juegan un papel clave en la distribución del calor y los nutrientes en los océanos.. Liderado por el profesor Jinbo Wang, del Departamento de Oceanografía de la Universidad Texas A&M, el estudio se apoyó en datos de la misión satelital SWOT, un esfuerzo conjunto entre la NASA, la agencia espacial francesa CNES, y con el respaldo de Canadá y el Reino Unido.. Gracias a la altísima precisión del satélite SWOT, que presenta una tecnología capaz de medir variaciones milimétricas en la altura del océano mediante un radar de banda Ka, los investigadores han podido observar con claridad los llamados remolinos submesoscópicos, estructuras giratorias de apenas unos kilómetros hasta 100 km de diámetro.. Aunque pequeños, estos «gigantes invisibles» transportan enormes cantidades de energía y materia, modificando la dinámica oceánica con impactos a escala global.. Hasta ahora, la ciencia se había centrado en grandes remolinos con un tamaño de cientos de kilómetros, como principales responsables del transporte de calor y nutrientes en el océano. Sin embargo, los nuevos datos revelan que estas microcorrientes son cruciales para entender procesos como la formación de huracanes, la intensidad de fenómenos como El Niño y La Niña, o la productividad biológica marina.. La capacidad de SWOT para registrar estos fenómenos con una precisión sin precedentes abre un nuevo capítulo en la observación de los océanos.. Tal como destaca la NASA, los remolinos submesoscópicos influyen directamente en la formación de nubes, las rutas de las tormentas, el transporte de energía térmica y la distribución de nutrientes vitales para la cadena alimenticia marina. Esto significa que comprender y monitorear estos movimientos ocultos puede mejorar los modelos de predicción meteorológica y climática, ayudar a anticipar desastres naturales y optimizar estrategias frente al cambio climático.. También tiene implicaciones directas en la seguridad alimentaria de regiones costeras, al influir en la salud y productividad de los ecosistemas marinos.. «Por primera vez, podemos observar procesos oceánicos de pequeña escala en todo el planeta, y lo más sorprendente es lo intensos que resultan ser», afirmó el profesor Wang en una nota de prensa.. Según los autores del estudio, estos datos nos acercan a una comprensión más completa de cómo los océanos interactúan con la atmósfera, almacenan energía y sostienen la vida en la Tierra.
Un equipo internacional de científicos ha detectado potentes corrientes submarinas de pequeño tamaño que, a pesar de su escala, podrían estar moldeando el clima global de formas mucho más profundas de lo que se pensaba.
El hallazgo, publicado en la revista Nature, sugiere que estos ‘minúsculos remolinos’ juegan un papel clave en la distribución del calor y los nutrientes en los océanos.
Liderado por el profesor Jinbo Wang, del Departamento de Oceanografía de la Universidad Texas A&M, el estudio se apoyó en datos de la misión satelital SWOT, un esfuerzo conjunto entre la NASA, la agencia espacial francesa CNES, y con el respaldo de Canadá y el Reino Unido.
Gracias a la altísima precisión del satélite SWOT, que presenta una tecnología capaz de medir variaciones milimétricas en la altura del océano mediante un radar de banda Ka, los investigadores han podido observar con claridad los llamados remolinos submesoscópicos, estructuras giratorias de apenas unos kilómetros hasta 100 km de diámetro.
Aunque pequeños, estos «gigantes invisibles» transportan enormes cantidades de energía y materia, modificando la dinámica oceánica con impactos a escala global.
Responsables del transporte de calor
Hasta ahora, la ciencia se había centrado en grandes remolinos con un tamaño de cientos de kilómetros, como principales responsables del transporte de calor y nutrientes en el océano. Sin embargo, los nuevos datos revelan que estas microcorrientes son cruciales para entender procesos como la formación de huracanes, la intensidad de fenómenos como El Niño y La Niña, o la productividad biológica marina.
La capacidad de SWOT para registrar estos fenómenos con una precisión sin precedentes abre un nuevo capítulo en la observación de los océanos.
Tal como destaca la NASA, los remolinos submesoscópicos influyen directamente en la formación de nubes, las rutas de las tormentas, el transporte de energía térmica y la distribución de nutrientes vitales para la cadena alimenticia marina. Esto significa que comprender y monitorear estos movimientos ocultos puede mejorar los modelos de predicción meteorológica y climática, ayudar a anticipar desastres naturales y optimizar estrategias frente al cambio climático.
También tiene implicaciones directas en la seguridad alimentaria de regiones costeras, al influir en la salud y productividad de los ecosistemas marinos.
«Por primera vez, podemos observar procesos oceánicos de pequeña escala en todo el planeta, y lo más sorprendente es lo intensos que resultan ser», afirmó el profesor Wang en una nota de prensa.
Según los autores del estudio, estos datos nos acercan a una comprensión más completa de cómo los océanos interactúan con la atmósfera, almacenan energía y sostienen la vida en la Tierra.