El año pasado fue un ejercicio complicado para el automóvil, especialmente para el sector de componentes, quizá el eslabón más débil de la cadena por la gran cantidad de pymes que lo conforman. Según los datos remitidos por Sernauto, organización que representa a los fabricantes de componentes de automoción en España, la facturación del sector cayó un 0,7%, hasta los 41.238 millones de euros, cortando así una racha de dos ejercicios consecutivos de ascensos. A pesar de ello, Sernauto destaca que las empresas de componentes se han mantenido por encima de la barrera de los 40.000 millones, superada por primera vez en 2022.
A esto se suma una caída también del 0,7% en el empleo directo, con 203.250 personas, que sumado al trabajo indirecto arroja un total de 325.200 ocupados. El dato que más llama la atención, sin embargo, es la fuerte bajada en las inversiones productivas, con un descenso del 12,3%, lo que evidencia, según Sernauto, el riesgo de que haya inversiones que se vayan hacia otros países. “En Europa occidental será difícil que recuperemos la producción del año 2017, porque parte de esa producción se ha trasladado y hay que reorganizar la demanda. Hay que lograr ser competitivos. Si Europa se pusiera firme e hiciera un plan renove [incluyendo todo tipo de tecnologías], podría haber un estímulo a la demanda y, por tanto, un impulso a la producción”, ha indicado Francisco J. Riberas, presidente de Sernauto. En cuanto a la inversión en I+D, esta bajó un leve 2%, hasta los 1.245 millones, el equivalente al 3% de la facturación del sector. Esto sigue “siendo el triple que la media industrial en España”, ha destacado Sernauto.
Las exportaciones, por su parte, también retrocedieron un 0,3%, hasta los 25.065 millones, representando el 60% de la facturación del sector. En Sernauto se han mostrado preocupados por la guerra arancelaria iniciada por el presidente estadounidense Donald Trump que, si bien no afecta demasiado de forma directa a la industria española —el año pasado, España le vendió componentes por valor de 1.021 millones, lo que convierte a EE UU en el octavo mayor comprador de piezas españolas—, sí lo hace de forma indirecta por su golpe a otros países como Alemania, a quien España sí exporta mucho. “Somos optimistas”, ha afirmado José Portilla, director general de Sernauto, en torno a la posibilidad de que la UE y EE UU puedan llegar a un entendimiento que zanje este conflicto arancelario.
Por otro lado, Sernauto ha advertido del retroceso que supuso 2024 para el vehículo eléctrico en Europa y el apabullante dominio chino en este ámbito. “El año pasado las ventas de eléctricos en el mundo crecieron en tres millones de unidades. Solo en China, se vendieron 3,3 millones más, mientras que en Europa hicimos 200.000 coches menos y en EE UU, unos 100.000 menos. El crecimiento se debe exclusivamente a China”, ha advertido Riberas. El directivo, quien a su vez es presidente de Gestamp, ha recordado que en la guerra comercial que mantienen EE UU y China, es el primero el que más tiene que perder en el ámbito del automóvil, por la capacidad del segundo de apretarle las tuercas con las restricciones a las exportaciones de tierras raras —elemento clave en la industria del motor— y porque China no exporta vehículos al país yanqui.
De cara a 2025, Sernauto estima que la industria de componentes nacional mantenga sus cifras de facturación en los niveles de 2024, “en línea con la ralentización motivada por volúmenes bajos de producción, gran incertidumbre a nivel global, márgenes ajustados y rentabilidad baja“. Cabe destacar que, si bien bien las matriculaciones han crecido en España un 13,6% entre enero y mayo, en la UE cayeron un 1,2% hasta abril. Esto está afectando a las fábricas de coches nacionales, que venden en torno al 90% de lo que producen, con una caída de su actividad del 9,2% en el primer cuatrimestre, según datos de Anfac, la patronal nacional de automovilísticas.
El año pasado fue un ejercicio complicado para el automóvil, especialmente para el sector de componentes, quizá el eslabón más débil de la cadena por la gran cantidad de pymes que lo conforman. Según los datos remitidos por Sernauto, organización que representa a los fabricantes de componentes de automoción en España, la facturación del sector cayó un 0,7%, hasta los 41.238 millones de euros, cortando así una racha de dos ejercicios consecutivos de ascensos. A pesar de ello, Sernauto destaca que las empresas de componentes se han mantenido por encima de la barrera de los 40.000 millones, superada por primera vez en 2022.. Seguir leyendo