La evolución ha podido explicar cientos de cambios que han experimentados los humanos hasta nuestros días. A lo largo de 4.000 millones de años, el cuerpo ha cambiado e incluso se han producido unas adaptaciones que han sido claves: la bipedestación, el uso de herramientas, el desarrollo del lenguaje y un notable aumento en el tamaño del cerebro. El problema es que a pesar de las investigaciones que han llevado a cabo los científicos, todavía existen grandes misterios que no han podido resolver.. Una de las dudas para las que la evolución no tiene un respuesta clara es para el tamaño de ciertas partes del cuerpo. Según explica Max Telford, profesor Jodrell de Zoología y Anatomía Comparada en el University College de Londres, en su artículo de The Conversation, los humanos «éramos animales antes de convertirnos en vertebrados; mamíferos antes de evolucionar a primates, y así sucesivamente».. Los grupos de especies con los que los humanos comparten estas ramas pueden explicar el orden en el que surgieron las partes del cuerpo. Por ejemplo, el cuerpo y el intestino (rama animal) tuvieron que surgir antes que la columna vertebral y las extremidades. «Existe una manera de estudiar por separado el problema de por qué evolucionamos cada una de estas partes del cuerpo, pero solo funciona si la característica en cuestión ha variado más de una vez en ramas separadas del árbol de la vida», cuenta Telford. A esta transformación se conoce como convergencia.. Para explicar lo que ha ocurrido en la evolución del tamaño de algunas partes del cuerpo, Telford habla de los testículos de los primates. El experto revela que el tamaño varia dependiendo de la especie: los de los colobos pesan unos 3 gramos, mientras que los de los macacos 48 gramos. De hecho, va más allá afirmando que pueden existir algunas explicaciones sobre esta variación.. «Unos testículos grandes suelen ser el equivalente a la cola del pavo real: no son útiles en sí mismos, pero sí atractivos para las hembras. Quizás la explicación más plausible se relaciona con su forma de apareamiento», cuenta el profesor. ¿Qué dice la evolución convergente sobre esto? Si se analiza la rama mamífera se encuentra que muchos grupos de mamíferos «han desarrollado testículos de diferentes tamaños». En casi todos se encuentran «testículos más grandes en las especies promiscuas y más pequeños en las monógamas».. Chimpancés.Hindustan Times via Getty Images. Los científicos descubrieron que existe una relación entre el tamaño de los testículos y la vida sexual que tienen los mamíferos. Por el contrario, hay otras zonas del cuerpo que siguen estando a debate. Esto es lo que ocurre con el mentón humano. Existen todo tipo de ideas que pueden explicar su evolución.. Fortalecer la mandíbula, engrandecer una barba masculina, etc. No obstante, Telford dice que «no se encuentra mentón en ningún otro mamífero, ni siquiera en nuestro primos más cercanos, los neandertales».
La evolución ha podido explicar cientos de cambios que han experimentados los humanos hasta nuestros días. A lo largo de 4.000 millones de años, el cuerpo ha cambiado e incluso se han producido unas adaptaciones que han sido claves: la bipedestación, el uso de herramientas, el desarrollo del lenguaje y un notable aumento en el tamaño del cerebro. El problema es que a pesar de las investigaciones que han llevado a cabo los científicos, todavía existen grandes misterios que no han podido resolver.
Una de las dudas para las que la evolución no tiene un respuesta clara es para el tamaño de ciertas partes del cuerpo. Según explica Max Telford, profesor Jodrell de Zoología y Anatomía Comparada en el University College de Londres, en su artículo de The Conversation, los humanos «éramos animales antes de convertirnos en vertebrados; mamíferos antes de evolucionar a primates, y así sucesivamente».
Los grupos de especies con los que los humanos comparten estas ramas pueden explicar el orden en el que surgieron las partes del cuerpo. Por ejemplo, el cuerpo y el intestino (rama animal) tuvieron que surgir antes que la columna vertebral y las extremidades. «Existe una manera de estudiar por separado el problema de por qué evolucionamos cada una de estas partes del cuerpo, pero solo funciona si la característica en cuestión ha variado más de una vez en ramas separadas del árbol de la vida», cuenta Telford. A esta transformación se conoce como convergencia.
¿Qué ocurre con el tamaño de las partes del cuerpo?
Para explicar lo que ha ocurrido en la evolución del tamaño de algunas partes del cuerpo, Telford habla de los testículos de los primates. El experto revela que el tamaño varia dependiendo de la especie: los de los colobos pesan unos 3 gramos, mientras que los de los macacos 48 gramos. De hecho, va más allá afirmando que pueden existir algunas explicaciones sobre esta variación.
«Unos testículos grandes suelen ser el equivalente a la cola del pavo real: no son útiles en sí mismos, pero sí atractivos para las hembras. Quizás la explicación más plausible se relaciona con su forma de apareamiento», cuenta el profesor. ¿Qué dice la evolución convergente sobre esto? Si se analiza la rama mamífera se encuentra que muchos grupos de mamíferos «han desarrollado testículos de diferentes tamaños». En casi todos se encuentran «testículos más grandes en las especies promiscuas y más pequeños en las monógamas».
Los científicos descubrieron que existe una relación entre el tamaño de los testículos y la vida sexual que tienen los mamíferos. Por el contrario, hay otras zonas del cuerpo que siguen estando a debate. Esto es lo que ocurre con el mentón humano. Existen todo tipo de ideas que pueden explicar su evolución.
Fortalecer la mandíbula, engrandecer una barba masculina, etc. No obstante, Telford dice que «no se encuentra mentón en ningún otro mamífero, ni siquiera en nuestro primos más cercanos, los neandertales».