La fachada y el entorno vegetal del Hotel Santa Catalina, en Las Palmas de Gran Canaria, sirvieron de escenografía, con un punto de exotismo operístico, para la Gala que dio inicio al festival Santa Catalina Classics, que se extenderá durante los meses de septiembre, octubre y noviembre, con nuevas y variadas citas. Una apuesta por la promoción musical desde el ámbito hotelero, de la mano del Grupo Barceló, digna de aprecio. La velada contó con el reclamo fundamental de la soprano Anna Netrebko, estrella de la ópera que ha sufrido en sus carnes los caprichos de la cancelación debido a su origen ruso, junto al gran tenor tinerfeño Jorge de León, quien se ha asentado como una de las más sólidas voces de la actualidad. El programa de la gala se basó en el repertorio verista, estilo operístico representado por autores como Puccini, Cilea, Ponchielli y Giordano, junto a algunas páginas seleccionadas de Giuseppe Verdi, y consiguió llenar las 1550 butacas que se acomodaron al aire libre, en gradas temporales.. Santa Catalina, a Royal Hideaway Hotel, es un lugar emblemático de Gran Canaria, puesto que es el hotel más antiguo de las islas, construido en 1890 con capital británico. El arquitecto escocés James McLaren, estrella de la época, responsable de proyectos en las colonias británicas de África o India, fue el encargado de un diseño que contenía la esencia estructural de lo que hoy vemos. Tras ser vendido al Ayuntamiento de Gran Canaria en 1931, cayó en decadencia hasta que finalmente fue demolido en 1941. Lo que vemos hoy, realmente, es obra del arquitecto canario Miguel Martín-Fernández de la Torre y se inauguró en 1951, siguiendo el espíritu del diseño original, con toques coloniales y unas balconadas de madera muy características.. En la segunda parte de la gala, donde los dos cantantes fueron arropados magníficamente por la Orquesta Sinfónica de Gran Canaria y el director Karel Marl Chichon, pudimos ver un atractivo juego de iluminación que dibujó formas y diseños como telón de fondo. Los colores seleccionados no son arbitrarios, según nos comentó Manuel Martínez-Fresno, director de Relaciones Públicas y Protocolo del hotel. “Los colores de la iluminación no son los habituales de los led, porque hemos empleado los tonos exactos de la serie de pinturas Poema del Mar, del pintor canario Néstor, para transportarnos a ese mundo”, nos indicó el director. Recordemos que, actualmente, el Museo Reina Sofía dedica una amplia retrospectiva a este pintor canario, Néstor Martín-Fernández de la Torre, nacido en Las Palmas en 1887 y fallecido en 1938, hermano del arquitecto que diseñó la reconstrucción del hotel.. El influjo de Néstor está presente en este hotel en diferentes lugares, y uno de ellos es el gran salón central, donde los frescos que adornan las paredes y techos recuerdan mucho su estilo pictórico. No son de su autoría, pero sí de su discípulo más directo, Jesús Arencibia, muralista y pintor. También encontramos una buena muestra de la vigorosa pincelada de Arencibia en el bar Carabela, antigua sala de lectura del hotel donde no falta una chimenea que le otorga un especial toque cálido. Allí podemos contemplar un fresco -en realidad es una técnica de pegado de telas sobre superficie- titulado Procesión de ciegos en torno a Santa Lucía, una obra sobre la que nos detalla Martínez-Fresno su mensaje oculto: “Imaginemos los años 50 en la España de Franco. Se inaugura el hotel con esta pintura de temática religiosa, pero pocos se dieron cuenta del mensaje oculto que contiene, puesto que su estructura es muy parecida al cuadro de Delacroix, La Libertad guiando al pueblo. Todo el mundo aplaudió en su inauguración, quizás por que no repararan en la simbología del mural que escondía una protesta”.
La fachada y el entorno vegetal del Hotel Santa Catalina, en Las Palmas de Gran Canaria, sirvieron de escenografía, con un punto de exotismo operístico, para la Gala que dio inicio al festival Santa Catalina Classics, que se extenderá durante los meses de septiembre, octubre y noviembre, con nuevas y variadas citas. Una apuesta por la promoción musical desde el ámbito hotelero, de la mano del Grupo Barceló, digna de aprecio. La velada contó con el reclamo fundamental de la soprano Anna Netrebko, estrella de la ópera que ha sufrido en sus carnes los caprichos de la cancelación debido a su origen ruso, junto al gran tenor tinerfeño Jorge de León, quien se ha asentado como una de las más sólidas voces de la actualidad. El programa de la gala se basó en el repertorio verista, estilo operístico representado por autores como Puccini, Cilea, Ponchielli y Giordano, junto a algunas páginas seleccionadas de Giuseppe Verdi, y consiguió llenar las 1550 butacas que se acomodaron al aire libre, en gradas temporales.. Santa Catalina, a Royal Hideaway Hotel, es un lugar emblemático de Gran Canaria, puesto que es el hotel más antiguo de las islas, construido en 1890 con capital británico. El arquitecto escocés James McLaren, estrella de la época, responsable de proyectos en las colonias británicas de África o India, fue el encargado de un diseño que contenía la esencia estructural de lo que hoy vemos. Tras ser vendido al Ayuntamiento de Gran Canaria en 1931, cayó en decadencia hasta que finalmente fue demolido en 1941. Lo que vemos hoy, realmente, es obra del arquitecto canario Miguel Martín-Fernández de la Torre y se inauguró en 1951, siguiendo el espíritu del diseño original, con toques coloniales y unas balconadas de madera muy características.. En la segunda parte de la gala, donde los dos cantantes fueron arropados magníficamente por la Orquesta Sinfónica de Gran Canaria y el director Karel Marl Chichon, pudimos ver un atractivo juego de iluminación que dibujó formas y diseños como telón de fondo. Los colores seleccionados no son arbitrarios, según nos comentó Manuel Martínez-Fresno, director de Relaciones Públicas y Protocolo del hotel. “Los colores de la iluminación no son los habituales de los led, porque hemos empleado los tonos exactos de la serie de pinturas Poema del Mar, del pintor canario Néstor, para transportarnos a ese mundo”, nos indicó el director. Recordemos que, actualmente, el Museo Reina Sofía dedica una amplia retrospectiva a este pintor canario, Néstor Martín-Fernández de la Torre, nacido en Las Palmas en 1887 y fallecido en 1938, hermano del arquitecto que diseñó la reconstrucción del hotel.. El influjo de Néstor está presente en este hotel en diferentes lugares, y uno de ellos es el gran salón central, donde los frescos que adornan las paredes y techos recuerdan mucho su estilo pictórico. No son de su autoría, pero sí de su discípulo más directo, Jesús Arencibia, muralista y pintor. También encontramos una buena muestra de la vigorosa pincelada de Arencibia en el bar Carabela, antigua sala de lectura del hotel donde no falta una chimenea que le otorga un especial toque cálido. Allí podemos contemplar un fresco -en realidad es una técnica de pegado de telas sobre superficie- titulado Procesión de ciegos en torno a Santa Lucía, una obra sobre la que nos detalla Martínez-Fresno su mensaje oculto: “Imaginemos los años 50 en la España de Franco. Se inaugura el hotel con esta pintura de temática religiosa, pero pocos se dieron cuenta del mensaje oculto que contiene, puesto que su estructura es muy parecida al cuadro de Delacroix, La Libertad guiando al pueblo. Todo el mundo aplaudió en su inauguración, quizás por que no repararan en la simbología del mural que escondía una protesta”.
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