20MINUTOS.ES – Televisión
Se viralizan cada cierto tiempo. Y nos impactan igual que la primera vez que las vimos. Son las imágenes de gente sonriente posando delante de las Torres Gemelas en pleno 11 de septiembre.. Como si estuviera visitando la Torre Eiffel. Como si necesitaran un souvenir de aquellos atentados terroristas que estaban cambiando el mundo y, a la vez, nos estaban adentrando en la era de la información consumida en directo completo casi como un reality show. El ataque estaba calculado para atacar un símbolo de Estados Unidos al que siempre había una cámara apuntando y se perpetró a una hora en donde las grandes cadenas de televisión norteamericana estaban retransmitiendo sus grandes magacines de información matinal. También en España, donde estaban a punto de arrancar nuestros Telediarios.. El planeta se quedaba conmocionado observando cómo las Torres Gemelas se transformaban en escombros, imaginando el sufrimiento de cuántas personas se habían quedado atrapados en esos aviones y en esas moles de acero, cristal y hormigón. Los canales de televisión de entonces eran más prudentes que ahora, de hecho la palabra que más sonaba durante aquellos maratones informativos era «cautela» y «prudencia». Aquí, la repetían Ana Blanco en La 1 y Matías Prats en Antena 3.. Todavía las redes sociales no nos habían activado la frenética sed de tener datos aunque no siempre existan certezas. Impaciencia que solo nos arrastra a la especulación, conspiración y otras excitaciones de nuestros morbos. Lo que no ha cambiado en la necesidad del ser humano de sentirse parte de la historia. Mejor si es haciéndose una foto para recordar siempre que estuviste allí. A veces, sin la capacidad de disociar la tragedia de la emoción hecha reality show.. Ver esta publicación en Instagram. Una publicación compartida de HIDDEN® (@hidden.ny). Los posados de sonrientes frente a las Torres Gemelas tras la colisión de los dos aviones nos siguen dejando perplejos cada vez que las imágenes nos sobrevienen a través de las redes sociales. Fotos estáticas que nos perturban, quizá porque también nos enfrentan al presente: cómo hubiera sido aquel día en tiempos de TikTok e Instagram. La catástrofe no solo la hubiéramos visto desde planos fijos lejanos. Hoy, todos somos operadores de cámara en potencia. Hoy, todos llevamos un centro emisor en nuestro propio móvil. Hoy, ni siquiera podemos imaginar lo que hubiéramos visto grabado por nosotros mismos, fuera y dentro de las Torres, en directo y en diferido.
Se viralizan cada cierto tiempo. Y nos impactan igual que la primera vez que las vimos. Son las imágenes de gente sonriente posando delante de las Torres Gemelas en pleno 11 de septiembre.. Como si estuviera visitando la Torre Eiffel. Como si necesitaran un souvenir de aquellos atentados terroristas que estaban cambiando el mundo y, a la vez, nos estaban adentrando en la era de la información consumida en directo completo casi como un reality show. El ataque estaba calculado para atacar un símbolo de Estados Unidos al que siempre había una cámara apuntando y se perpetró a una hora en donde las grandes cadenas de televisión norteamericana estaban retransmitiendo sus grandes magacines de información matinal. También en España, donde estaban a punto de arrancar nuestros Telediarios.. El planeta se quedaba conmocionado observando cómo las Torres Gemelas se transformaban en escombros, imaginando el sufrimiento de cuántas personas se habían quedado atrapados en esos aviones y en esas moles de acero, cristal y hormigón. Los canales de televisión de entonces eran más prudentes que ahora, de hecho la palabra que más sonaba durante aquellos maratones informativos era «cautela» y «prudencia». Aquí, la repetían Ana Blanco en La 1 y Matías Prats en Antena 3.. Todavía las redes sociales no nos habían activado la frenética sed de tener datos aunque no siempre existan certezas. Impaciencia que solo nos arrastra a la especulación, conspiración y otras excitaciones de nuestros morbos. Lo que no ha cambiado en la necesidad del ser humano de sentirse parte de la historia. Mejor si es haciéndose una foto para recordar siempre que estuviste allí. A veces, sin la capacidad de disociar la tragedia de la emoción hecha reality show.. Ver esta publicación en Instagram. Los posados de sonrientes frente a las Torres Gemelas tras la colisión de los dos aviones nos siguen dejando perplejos cada vez que las imágenes nos sobrevienen a través de las redes sociales. Fotos estáticas que nos perturban, quizá porque también nos enfrentan al presente: cómo hubiera sido aquel día en tiempos de TikTok e Instagram. La catástrofe no solo la hubiéramos visto desde planos fijos lejanos. Hoy, todos somos operadores de cámara en potencia. Hoy, todos llevamos un centro emisor en nuestro propio móvil. Hoy, ni siquiera podemos imaginar lo que hubiéramos visto grabado por nosotros mismos, fuera y dentro de las Torres, en directo y en diferido.