J. J. Abrams y Damon Lindelof consiguieron, en 2004, crear una serie de culto, tal vez la primera gran serie dramática de este siglo, que marcaría el fin de una era (y el comienzo de otra) en la televisión.
A lo largo de seis temporadas y hasta 2010, los productores consiguieron mantener en vilo a decenas de millones de espectadores alrededor del mundo. Con tal éxito cosechado, no es de extrañar que hoy, en la memoria de quienes esperábamos un nuevo capítulo semana a semana, todavía permanezcan prácticamente intactos los rostros de todos los actores y actrices que pasaron por la isla.
Tal es el caso de Jeremy Davies, que se incorporó al reparto en su cuarta temporada, cuando la distribución pasó a manos de Disney, y que interpretó a Daniel Faraday, un extraño científico que tuvo mucho que aportar a nivel humano a la trama de Perdidos.
Davies ya había participado, antes de la serie que le dio reconocimiento internacional, en otros títulos de éxito como Salvar al soldado Ryan, y tras su paso por Perdidos decidió dirigir su carrera a seguir trabajando papeles intensos, complejos y, en ocasiones, perturbadores.
Su papel del despiadado Dickie Bennett en Justified, por ejemplo, le valió un Emmy a Mejor actor invitado en una serie dramática, y su capacidad para dotar de profundidad a personajes excéntricos o torturados le ha proporcionado papeles en series como Hannibal o Twin Peaks, o su espectacular Jesucristo en American Gods. En 2022, clavaba el personaje de padre alcoholizado, maltratador y arrepentido en The Black Phone.
A pesar de ser reconocido por su compromiso artístico y su capacidad para transformar papeles secundarios en personajes inolvidables, y de conseguir posicionarse como un intérprete valioso y un actor de referencia para papeles emocionalmente exigentes, Davies se mantiene en un segundo plano mediático.
A sus cincuenta y cinco años, su presencia en prensa es prácticamente nula, su vida personal es, en su mayor parte, un misterio y el actor no tiene redes sociales conocidas, aunque fans y organizadores sí consiguen, de vez en cuando, arrancarle una fotografía para el recuerdo.
Considerado uno de los personajes más infravalorados de la serie, el intérprete que dio vida a Daniel Faraday se está convirtiendo, poco a poco, en un actor de culto.
por Jessica Gómez. J. J. Abrams y Damon Lindelof consiguieron, en 2004, crear una serie de culto, tal vez la primera gran serie dramática de este siglo, que marcaría el fin de una era (y el comienzo de otra) en la televisión.. A lo largo de seis temporadas y hasta 2010, los productores consiguieron mantener en vilo a decenas de millones de espectadores alrededor del mundo. Con tal éxito cosechado, no es de extrañar que hoy, en la memoria de quienes esperábamos un nuevo capítulo semana a semana, todavía permanezcan prácticamente intactos los rostros de todos los actores y actrices que pasaron por la isla.. Tal es el caso de Jeremy Davies, que se incorporó al reparto en su cuarta temporada, cuando la distribución pasó a manos de Disney, y que interpretó a Daniel Faraday, un extraño científico que tuvo mucho que aportar a nivel humano a la trama de Perdidos.. Davies ya había participado, antes de la serie que le dio reconocimiento internacional, en otros títulos de éxito como Salvar al soldado Ryan, y tras su paso por Perdidos decidió dirigir su carrera a seguir trabajando papeles intensos, complejos y, en ocasiones, perturbadores.. Su papel del despiadado Dickie Bennett en Justified, por ejemplo, le valió un Emmy a Mejor actor invitado en una serie dramática, y su capacidad para dotar de profundidad a personajes excéntricos o torturados le ha proporcionado papeles en series como Hannibal o Twin Peaks, o su espectacular Jesucristo en American Gods. En 2022, clavaba el personaje de padre alcoholizado, maltratador y arrepentido en The Black Phone.. A pesar de ser reconocido por su compromiso artístico y su capacidad para transformar papeles secundarios en personajes inolvidables, y de conseguir posicionarse como un intérprete valioso y un actor de referencia para papeles emocionalmente exigentes, Davies se mantiene en un segundo plano mediático.. A sus cincuenta y cinco años, su presencia en prensa es prácticamente nula, su vida personal es, en su mayor parte, un misterio y el actor no tiene redes sociales conocidas, aunque fans y organizadores sí consiguen, de vez en cuando, arrancarle una fotografía para el recuerdo.
