El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ve en los fondos europeos una «herramienta fantástica» ante una eventual falta de cuentas públicas para 2026. No obstante, falta poco más de un año hasta la fecha límite de ejecución de los fondos Next Generation, que llevan haciendo de muleta para el Gobierno ante las constantes prórrogas de los Presupuestos de 2023. Sánchez planteó este este ‘plan B’ en el caso de que no fuese capaz de sacar adelante unas nuevas cuentas por falta de apoyos, pero lo cierto es que ese «carril» se queda sin recorrido el 31 de agosto de 2026.. Además, la Unión Europea ya advierte de que los fondos europeos no pueden financiar gasto corriente habitual, sino el extraordinario o vinculado a reformas e inversiones estructurales. El Gobierno también tendría que contar con que el reglamento del mecanismo de Recuperación y Resiliencia establece que los fondos Next Generation deben ser ejecutados antes de que comience septiembre, aunque Bruselas podría prolongarla en casos concretos de fondos no utilizados.. El Gobierno está obligado a cumplir los hitos y objetivos establecidos por la Unión Europea para recibir estos fondos. Sin embargo, incluso si cumple con todo lo establecido y aunque Bruselas ampliara el plazo de ejecución, depender únicamente de los fondos europeos no le otorgaría suficiente margen de maniobra, considerando que también debe acelerar la ejecución de los recursos pendientes para evitar su pérdida.. Sánchez dijo este lunes que su intención es presentar las nuevas cuentas para 2026, pero no puso ninguna fecha encima de la mesa para hacerlo. Lo cierto es que el Ejecutivo ya va a destiempo, teniendo en cuenta que tendría que haber presentado la senda de déficit antes del mes de julio y, según la Constitución, los Presupuestos se tendrían que presentar antes del mes de octubre -un mandato que, en todo caso, se han saltado gobiernos de todos los colores políticos-.. Al respecto, fuentes gubernamentales ya apuntaban a que su intención era presentar la senda de déficit después de verano, por lo que los Presupuestos podrían no llegar al Congreso hasta 2026 en el caso de que la falta de apoyos de sus socios retrasase el proceso. Si así fuese, el Gobierno se vería obligado a prorrogar una vez más los de 2023 el 31 de diciembre de este año.. Desde Moncloa no se aventuran a dar fechas, aunque sí reconocen que van bastante mal de tiempo para cumplir con los plazos estipulados. También reconocen la dificultad de la negociación con la complicadísima aritmética parlamentaria a la que se tiene que enfrentar Sánchez a la vuelta de las vacaciones. En el caso de Junts, ya ha tumbado la senda de déficit en varias ocasiones, lo que en la práctica supone bloquear el paso previo a la presentación de las cuentas públicas.. Pero Sánchez tiene ahora un socio inestable más: Podemos. Los morados podrían sumarse a esa negativa a aprobar la senda de déficit, lo que retrasaría toda la tramitación o incluso podría hacerla fracasar, lo que forzaría una nueva prórroga presupuestaria. Podemos, de hecho, ya ha asegurado que no apoyará unas cuentas públicas que aumenten el gasto militar, que es a lo que se ha comprometido Sánchez con la OTAN, por lo que las posibilidades de que la mayoría de la investidura se repita para aprobar los Presupuestos son bastante escasas.. Además, si el Gobierno intenta presentarlos a 2026, habrá dificultades añadidas, puesto que el año que viene es año electoral en Castilla y León y en Andalucía. Esto implica que el Ministerio de Hacienda que dirige María Jesús Montero -líder del PSOE andaluz- tendría que negociar las cuentas con sus socios en un clima de precampaña, lo que podría dificultar aún más esas negociaciones.
La UE ha advertido de que los fondos europeos no pueden financiar gasto corriente habitual.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ve en los fondos europeos una «herramienta fantástica» ante una eventual falta de cuentas públicas para 2026. No obstante, falta poco más de un año hasta la fecha límite de ejecución de los fondos Next Generation, que llevan haciendo de muleta para el Gobierno ante las constantes prórrogas de los Presupuestos de 2023. Sánchez planteó este este ‘plan B’ en el caso de que no fuese capaz de sacar adelante unas nuevas cuentas por falta de apoyos, pero lo cierto es que ese «carril» se queda sin recorrido el 31 de agosto de 2026.. Además, la Unión Europea ya advierte de que los fondos europeos no pueden financiar gasto corriente habitual, sino el extraordinario o vinculado a reformas e inversiones estructurales. El Gobierno también tendría que contar con que el reglamento del mecanismo de Recuperación y Resiliencia establece que los fondos Next Generation deben ser ejecutados antes de que comience septiembre, aunque Bruselas podría prolongarla en casos concretos de fondos no utilizados.. El Gobierno está obligado a cumplir los hitos y objetivos establecidos por la Unión Europea para recibir estos fondos. Sin embargo, incluso si cumple con todo lo establecido y aunque Bruselas ampliara el plazo de ejecución, depender únicamente de los fondos europeos no le otorgaría suficiente margen de maniobra, considerando que también debe acelerar la ejecución de los recursos pendientes para evitar su pérdida.. La presentación de los Presupuestos, fuera de plazo. Sánchez dijo este lunes que su intención es presentar las nuevas cuentas para 2026, pero no puso ninguna fecha encima de la mesa para hacerlo. Lo cierto es que el Ejecutivo ya va a destiempo, teniendo en cuenta que tendría que haber presentado la senda de déficit antes del mes de julio y, según la Constitución, los Presupuestos se tendrían que presentar antes del mes de octubre -un mandato que, en todo caso, se han saltado gobiernos de todos los colores políticos-.. Al respecto, fuentes gubernamentales ya apuntaban a que su intención era presentar la senda de déficit después de verano, por lo que los Presupuestos podrían no llegar al Congreso hasta 2026 en el caso de que la falta de apoyos de sus socios retrasase el proceso. Si así fuese, el Gobierno se vería obligado a prorrogar una vez más los de 2023 el 31 de diciembre de este año.. Desde Moncloa no se aventuran a dar fechas, aunque sí reconocen que van bastante mal de tiempo para cumplir con los plazos estipulados. También reconocen la dificultad de la negociación con la complicadísima aritmética parlamentaria a la que se tiene que enfrentar Sánchez a la vuelta de las vacaciones. En el caso de Junts, ya ha tumbado la senda de déficit en varias ocasiones, lo que en la práctica supone bloquear el paso previo a la presentación de las cuentas públicas.. Pero Sánchez tiene ahora un socio inestable más: Podemos. Los morados podrían sumarse a esa negativa a aprobar la senda de déficit, lo que retrasaría toda la tramitación o incluso podría hacerla fracasar, lo que forzaría una nueva prórroga presupuestaria. Podemos, de hecho, ya ha asegurado que no apoyará unas cuentas públicas que aumenten el gasto militar, que es a lo que se ha comprometido Sánchez con la OTAN, por lo que las posibilidades de que la mayoría de la investidura se repita para aprobar los Presupuestos son bastante escasas.. Además, si el Gobierno intenta presentarlos a 2026, habrá dificultades añadidas, puesto que el año que viene es año electoral en Castilla y León y en Andalucía. Esto implica que el Ministerio de Hacienda que dirige María Jesús Montero -líder del PSOE andaluz- tendría que negociar las cuentas con sus socios en un clima de precampaña, lo que podría dificultar aún más esas negociaciones.