Cuando llega el calor en el verano nosotros sufrimos, pero los electrodomésticos también. Las altas temperaturas hacen que trabajen de forma más intensa, algo que puede afectar a su rendimiento y acortar su vida útil. Por ejemplo, frigoríficos que no paran, lavadoras que están funcionando sin descanso o aires acondicionados al límite es algo habitual de ver durante esta época del año.. Por ello, el cuidar su uso es más importante que nunca y desde Beko Europe han compartido una serie de consejos y recomendaciones sencillas para ayudar a mantener los electrodomésticos en buen estado durante estos meses.. Aléjalos de las fuentes de calor. Tanto el propio calor del ambiente como la exposición directa al sol pueden hacer que los aparatos como frigoríficos o congeladores trabajen de más y consuman más energía e incluso se puedan estropear.. Lo ideal es mantenerlos alejados de las fuentes de calor como ventanas por las que entre el sol, hornos y asegurarse de que tengan suficiente espacio por detrás para ventilarse bien.. De esta manera, evitaremos el sobrecalentamiento y que el motor tenga que realizar un esfuerzo extra.. Límpialos con frecuencia. El quitar el polvo de las bobinas traseras del frigorífico o limpiar los filtros del lavavajillas y lavadoras ayuda a que funcionen mejor y consuman menos energía, por lo que una buena limpieza mejora la eficiencia de los aparatos y alarga su vida útil.. No los sobrecargues. El meter demasiada ropa en la lavadora o llenar al máximo el lavavajillas puede significar que estamos aprovechando todo el espacio, pero, en realidad, es un error. Si se sobrecargan, limpian peor y pueden estropearse antes, así que es mejor seguir las indicaciones del fabricante y repartir bien lo que se mete dentro para que el agua y detergente circulen con facilidad.. Usa los programas Eco. El utilizar este tipo de programas hace que consuman menos electricidad y agua, además de que cuidan más los componentes internos del propio electrodoméstico. En verano, cuando el uso es más intensivo, estos programas son ideales para evitar un esfuerzo innecesario del aparato.. Haz revisiones periódicas. El realizar un mantenimiento de forma regular puede prevenir muchos problemas, así que revisar los electrodomésticos de forma periódica, sobre todo antes del verano, ayuda a detectar posibles fallos a tiempo. Esto es bastante útil, por ejemplo, en caso de los aires acondicionados que conviene revisar antes de usarlos con una mayor intensidad.. Presta atención a señales extrañas. Si escuchas ruidos raros, detectas malos olores o que el aparato no funciona como siempre, lo mejor es llamar al servicio técnico. Estos síntomas pueden indicar un problema que, si se atiende pronto, puede evitar averías más graves, así que no lo dudes.. Evita usarlos en las horas más calurosas. Durante los días de más calor es recomendable poner la lavadora, el horno o el lavavajillas a primera hora de la mañana o por la noche, ya que así los aparatos trabajan con menos esfuerzo, se calientan menos y gastan menos energía. Además, si tienes una tarifa con discriminación horaria, también ahorrarás en la factura de la luz.
Cuando llega el calor en el verano nosotros sufrimos, pero los electrodomésticos también. Las altas temperaturas hacen que trabajen de forma más intensa, algo que puede afectar a su rendimiento y acortar su vida útil. Por ejemplo, frigoríficos que no paran, lavadoras que están funcionando sin descanso o aires acondicionados al límite es algo habitual de ver durante esta época del año.. Por ello, el cuidar su uso es más importante que nunca y desde Beko Europe han compartido una serie de consejos y recomendaciones sencillas para ayudar a mantener los electrodomésticos en buen estado durante estos meses.. Aléjalos de las fuentes de calor. Tanto el propio calor del ambiente como la exposición directa al sol pueden hacer que los aparatos como frigoríficos o congeladores trabajen de más y consuman más energía e incluso se puedan estropear.. Lo ideal es mantenerlos alejados de las fuentes de calor como ventanas por las que entre el sol, hornos y asegurarse de que tengan suficiente espacio por detrás para ventilarse bien.. De esta manera, evitaremos el sobrecalentamiento y que el motor tenga que realizar un esfuerzo extra.. Límpialos con frecuencia. El quitar el polvo de las bobinas traseras del frigorífico o limpiar los filtros del lavavajillas y lavadoras ayuda a que funcionen mejor y consuman menos energía, por lo que una buena limpieza mejora la eficiencia de los aparatos y alarga su vida útil.. No los sobrecargues. El meter demasiada ropa en la lavadora o llenar al máximo el lavavajillas puede significar que estamos aprovechando todo el espacio, pero, en realidad, es un error. Si se sobrecargan, limpian peor y pueden estropearse antes, así que es mejor seguir las indicaciones del fabricante y repartir bien lo que se mete dentro para que el agua y detergente circulen con facilidad.. Usa los programas Eco. El utilizar este tipo de programas hace que consuman menos electricidad y agua, además de que cuidan más los componentes internos del propio electrodoméstico. En verano, cuando el uso es más intensivo, estos programas son ideales para evitar un esfuerzo innecesario del aparato.. Haz revisiones periódicas. El realizar un mantenimiento de forma regular puede prevenir muchos problemas, así que revisar los electrodomésticos de forma periódica, sobre todo antes del verano, ayuda a detectar posibles fallos a tiempo. Esto es bastante útil, por ejemplo, en caso de los aires acondicionados que conviene revisar antes de usarlos con una mayor intensidad.. Presta atención a señales extrañas. Si escuchas ruidos raros, detectas malos olores o que el aparato no funciona como siempre, lo mejor es llamar al servicio técnico. Estos síntomas pueden indicar un problema que, si se atiende pronto, puede evitar averías más graves, así que no lo dudes.. Evita usarlos en las horas más calurosas. Durante los días de más calor es recomendable poner la lavadora, el horno o el lavavajillas a primera hora de la mañana o por la noche, ya que así los aparatos trabajan con menos esfuerzo, se calientan menos y gastan menos energía. Además, si tienes una tarifa con discriminación horaria, también ahorrarás en la factura de la luz.
