Un grupo de expertos internacionales ha empleado el análisis de frecuencia de palabras asistido por inteligencia artificial para desarrollar un nuevo método que podría mostrar quién escribió la Biblia y la redactó hace unos 2.800 años.. Combinando un software creado a medida con un algoritmo desarrollado en el campo de la estadística, la metodología se detalla en un estudio publicado el martes en la revista académica PLOS ONE.. Los investigadores aplicaron el nuevo sistema para abordar debates de larga data sobre la autoría de varios pasajes controvertidos, incluido el Libro de Ester, la llamada ‘Narrativa del Arca’ en el primer y segundo libro de Samuel, y las historias sobre Abraham en el Libro del Génesis, tal y como recoge The Times of Israel.. «Hasta donde puedo juzgar, los primeros textos de la Biblia fueron compuestos en el Reino de Israel en la primera mitad del siglo VIII a. C.», dice el profesor Israel Finkelstein, director de la Escuela de Arqueología y Culturas Marítimas de la Universidad de Haifa y uno de los autores del artículo de PLOS ONE.. «La composición de textos se intensificó en el siglo VII a. C. en Judá, principalmente en la época del rey Josías», dice Finkelstein. «Los textos más recientes se escribieron alrededor del siglo II a. C.», añade el profesor.. Según Thomas Römer, experto bíblico del Collège de France y otro de los autores del estudio de PLOS ONE, es esencial recordar que ningún individuo puede ser considerado el único autor de los textos bíblicos.. «No hay autores de la Biblia en el sentido moderno», dice Römer a The Times of Israel. «Las versiones originales de los rollos fueron continuamente reelaboradas y reescritas por redactores que añadieron, alteraron y, en ocasiones, incluso omitieron partes de los textos anteriores», explica el experto.. El artículo de PLOS ONE se centra en tres escuelas de escritores: el llamado Deuteronomio, la Historia Deuteronomista y los Escritos Sacerdotales.. «Deuteronomio se refiere al último libro de la Torá/Pentateuco», explica Römer. «Existe un amplio consenso en que la primera versión de este rollo se escribió en el siglo VII a. C. El núcleo de esta primera versión eran las leyes que estipulaban que el Dios de Israel había elegido solo un lugar (Jerusalén) para el culto sacrificial», dice.. Los eruditos utilizan el término Historia Deuteronomista para describir los libros bíblicos que cubren la historia de Israel desde la conquista de la tierra (el Libro de Josué) hasta el exilio babilónico (Reyes I y II).. «Los redactores que editaron estos libros se inspiraron en el estilo y la ideología del libro del Deuteronomio», dice Römer. «Esta Historia Deuteronomista también fue reeditada varias veces. Comenzó probablemente a finales del siglo VII, bajo el reinado de Josías, y fue revisada tras la destrucción de Jerusalén y su templo», explica.. «En esta revisión, la catástrofe se explica por la afirmación de que la mayoría de los reyes no respetaron las leyes divinas del Deuteronomio», señala el experto. Finalmente, según Römer, los Escritos Sacerdotales incluyen varios textos en Génesis, Éxodo y Levítico.. «Estos textos se escribieron por primera vez alrededor del año 520 a. C. en el contexto de la reconstrucción del Segundo Templo», dice. «Los autores y redactores sacerdotales buscan mostrar la importancia de los rituales y los diferentes tipos de sacrificios», agrega. Para ello, añade, los anclaron en la época de los patriarcas bíblicos: los orígenes del pueblo judío.. El estudio consideró 50 capítulos seleccionados de los primeros nueve libros de la Biblia hebrea (el Pentateuco y los Primeros Profetas) para investigar las distintas tradiciones literarias.. «En los primeros nueve libros, es más fácil identificar bloques que representan diferentes autores/escuelas de autores y redactores», dice por su parte el profesor Finkelstein. «Para estos libros, la crítica bíblica también ha elaborado un número importante de hipótesis sobre la composición», dice.. La doctora Shira Faigenbaum-Golovin, del departamento de Matemáticas de la Universidad de Duke (EEUU), explica que para investigar la autoría de la Biblia hebrea, el equipo adaptó un algoritmo que analiza la distribución de palabras en textos en inglés. Este método permite comparar dos textos y evaluar su similitud.. En el nuevo estudio, los investigadores pudieron determinar si un texto bíblico en particular podría considerarse lo suficientemente similar a uno de los tres cuerpos (Deuteronomio, Historia Deuteronomista y Escritos Sacerdotales) como para ser compilado por el mismo autor o autores.. «Tomamos una palabra específica y comprobamos su número de apariciones en un texto», declara Faigenbaum-Golovin a The Times of Israel. «Pudimos cuantificar la distribución de la palabra en los textos uno y dos y comprobar si eran iguales. Repetimos el proceso con varias palabras, tanto las que aparecen en ambos textos como las que solo aparecen en uno», añade.. «Finalmente, compilamos un diccionario completo de palabras para cada cuerpo», dice la experta. «De esta manera, obtuvimos una medición de las similitudes en la distribución de palabras que reflejaban al autor de los textos», concluye.
Un grupo de expertos internacionales ha empleado el análisis de frecuencia de palabras asistido por inteligencia artificial para desarrollar un nuevo método que podría mostrar quién escribió la Biblia y la redactó hace unos 2.800 años.
Combinando un software creado a medida con un algoritmo desarrollado en el campo de la estadística, la metodología se detalla en un estudio publicado el martes en la revista académica PLOS ONE.
Los investigadores aplicaron el nuevo sistema para abordar debates de larga data sobre la autoría de varios pasajes controvertidos, incluido el Libro de Ester, la llamada ‘Narrativa del Arca’ en el primer y segundo libro de Samuel, y las historias sobre Abraham en el Libro del Génesis, tal y como recoge The Times of Israel.
«Hasta donde puedo juzgar, los primeros textos de la Biblia fueron compuestos en el Reino de Israel en la primera mitad del siglo VIII a. C.», dice el profesor Israel Finkelstein, director de la Escuela de Arqueología y Culturas Marítimas de la Universidad de Haifa y uno de los autores del artículo de PLOS ONE.
«La composición de textos se intensificó en el siglo VII a. C. en Judá, principalmente en la época del rey Josías», dice Finkelstein. «Los textos más recientes se escribieron alrededor del siglo II a. C.», añade el profesor.
Según Thomas Römer, experto bíblico del Collège de France y otro de los autores del estudio de PLOS ONE, es esencial recordar que ningún individuo puede ser considerado el único autor de los textos bíblicos.
«No hay autores de la Biblia en el sentido moderno», dice Römer a The Times of Israel. «Las versiones originales de los rollos fueron continuamente reelaboradas y reescritas por redactores que añadieron, alteraron y, en ocasiones, incluso omitieron partes de los textos anteriores», explica el experto.
El artículo de PLOS ONE se centra en tres escuelas de escritores: el llamado Deuteronomio, la Historia Deuteronomista y los Escritos Sacerdotales.
«Deuteronomio se refiere al último libro de la Torá/Pentateuco», explica Römer. «Existe un amplio consenso en que la primera versión de este rollo se escribió en el siglo VII a. C. El núcleo de esta primera versión eran las leyes que estipulaban que el Dios de Israel había elegido solo un lugar (Jerusalén) para el culto sacrificial», dice.
Los eruditos utilizan el término Historia Deuteronomista para describir los libros bíblicos que cubren la historia de Israel desde la conquista de la tierra (el Libro de Josué) hasta el exilio babilónico (Reyes I y II).
«Los redactores que editaron estos libros se inspiraron en el estilo y la ideología del libro del Deuteronomio», dice Römer. «Esta Historia Deuteronomista también fue reeditada varias veces. Comenzó probablemente a finales del siglo VII, bajo el reinado de Josías, y fue revisada tras la destrucción de Jerusalén y su templo», explica.
Leyes no respetadas
«En esta revisión, la catástrofe se explica por la afirmación de que la mayoría de los reyes no respetaron las leyes divinas del Deuteronomio«, señala el experto. Finalmente, según Römer, los Escritos Sacerdotales incluyen varios textos en Génesis, Éxodo y Levítico.
«Estos textos se escribieron por primera vez alrededor del año 520 a. C. en el contexto de la reconstrucción del Segundo Templo», dice. «Los autores y redactores sacerdotales buscan mostrar la importancia de los rituales y los diferentes tipos de sacrificios», agrega. Para ello, añade, los anclaron en la época de los patriarcas bíblicos: los orígenes del pueblo judío.
El estudio consideró 50 capítulos seleccionados de los primeros nueve libros de la Biblia hebrea (el Pentateuco y los Primeros Profetas) para investigar las distintas tradiciones literarias.
«En los primeros nueve libros, es más fácil identificar bloques que representan diferentes autores/escuelas de autores y redactores», dice por su parte el profesor Finkelstein. «Para estos libros, la crítica bíblica también ha elaborado un número importante de hipótesis sobre la composición», dice.
La doctora Shira Faigenbaum-Golovin, del departamento de Matemáticas de la Universidad de Duke (EEUU), explica que para investigar la autoría de la Biblia hebrea, el equipo adaptó un algoritmo que analiza la distribución de palabras en textos en inglés. Este método permite comparar dos textos y evaluar su similitud.
En el nuevo estudio, los investigadores pudieron determinar si un texto bíblico en particular podría considerarse lo suficientemente similar a uno de los tres cuerpos (Deuteronomio, Historia Deuteronomista y Escritos Sacerdotales) como para ser compilado por el mismo autor o autores.
«Tomamos una palabra específica y comprobamos su número de apariciones en un texto», declara Faigenbaum-Golovin a The Times of Israel. «Pudimos cuantificar la distribución de la palabra en los textos uno y dos y comprobar si eran iguales. Repetimos el proceso con varias palabras, tanto las que aparecen en ambos textos como las que solo aparecen en uno», añade.
«Finalmente, compilamos un diccionario completo de palabras para cada cuerpo», dice la experta. «De esta manera, obtuvimos una medición de las similitudes en la distribución de palabras que reflejaban al autor de los textos», concluye.