Quizá, junto con Bob Dylan, sea uno de los músicos de la vieja guardia más eclécticos de la actualidad. Pero mientras que al de Minnesota se le siguen haciendo incluso biopics en Hollywood, a nadie por ahora se le ha ocurrido hacerle uno a Van Morrison. Y no extraña en absoluto: su casi 79 años han sido una mezcla de dedicación total a la música y un hermetismo sobre su vida privada que, sin embargo, cada vez que sale a la luz deja ojiplático a más de uno.
El cantante acaba de pasar por Madrid para dos conciertos en las Noches del Botánico. Lo ha hecho, como es desde los últimos siete años, como un hombre soltero, porque sus dos matrimonios han acabado en divorcio. Sin embargo, es curioso cómo ha llegado el autor de tan conocidos temas como Brown Eyed Girl, Have I Told You Lately?, Into the Mystic o Moondance a preferir la soledad y casi, claro, el misticismo en su día a día que la prototípica vida de una estrella de la música.
Hay que comenzar por Janet Rigsbee, su primera esposa, a la que conoció, como explican desde Vanity Fair, durante una gira que Morrison, natural de Irlanda del Norte, dio por Estados Unidos en 1966 con su entonces banda, Them, con la que empezó a darse a descollar, incluso teniendo como teloneros a los entonces pujantes The Doors —liderados por otro Morrison, Jim—.
Ella tenía 19 años, dos menos que él, pero eso no impidió que se fueran a vivir juntos a Nueva York. Al fin y al cabo, él acababa de firmar con un buen sello, Bang Records, y todo parecía ir sobre ruedas. Pero era una época convulsa en su país: acababa de comenzar el conflicto norirlandés. Y eso, para alguien que pedía un visado para permanecer en Estados Unidos era un problema. La solución fue sencilla: se casó con su novia estadounidense en 1968 y regularizó su situación.
Janet Planet, como él solía llamarla, fue clave para el éxito de los primeros discos en solitario de Van Morrison, desde Blowin’ Your Mind! a Tupelo Honey —en el que aparece en la portada montada a caballo— o el fundamental en su carrera, Astral Weeks. Entre medias, y mientras divagaban dónde vivir, pues se mudaron desde Woodstock, en el estado neoyorquino, a, por último, la otra costa, a California, nació la única hija de la pareja, Shana Caledonia Morrison, que vino al mundo en 1970 en Cambridge, en Massachusetts, estado en el que también residieron en su capital, Boston.
Pero una vez asentados la vida fue mucho más sencilla, ya que los padres del artista, Goerge y Violet, también debido al cada vez mayor número de muertos en el enfrentamiento interétnico y nacionalista de Irlanda del Norte, se mudaron también a California para estar cerca de su hijo y su familia, regentando además una tienda de discos, fruto de una colección que, precisamente, había sido esencial en su día para la educación musical de Van Morrison.
Y que lo sería también para Shana, que ha seguido los pasos paternos y, desde que acabó la universidad en los años 90, le ha acompañado en diversas giras, haciendo incluso duetos con él. Ya siguió su camino en solitario y si bien no ha tenido el éxito de su padre y su último álbum es de 2010, sigue actuando. Hay que puntualizar, además, que se crio con padres divorciados, pues Janet pidió el divorcio de George Ivan Morrison, su nombre completo, en 1973, cuando Shana tenía solo tres años.
Su segundo matrimonio: Michelle Rocca
Michelle Roca había sido Miss Irlanda en 1980, presentadora incluso de Eurovisión —en la gala de Dublín de 1988—, había estado casa con el futbolista del Arsenal John Devine y comprometida con Cathal Ryan, cuyo padre era el multimillonario y fundador de Ryanair, Tony Ryan, con quien había tenido su primer hijo y al que llegó a demandar por agresión. Y la irlandesa de origen italiano conoce al músico en una fiesta en el castillo de Leixlip organizada por el arquitecto Desmond Guinness en 1992.
Ella estaba acostumbrada a las páginas de papel couché, pero eso chocaba frontalmente con Van Morrison, que no quería tener nada que ver con la prensa. El romance fue tal que hubo simbiosis y nada en absoluto de su vida privada llegó a los medios. Apenas, como especifican desde el citado medio, que él fue un pilar fundamental para ella en su litigio contra Cathal. Y, como curiosidad, ella, y dos perros, son los protagonistas de la portada de Days Like This, canción y disco de 1995 que se convirtieron en himnos para el movimiento pacifista norirlandés —y que el público mayoritario asocia a Mejor… imposible.
La animadversión de Van Morrison, que siempre ha tenido fama de arisco incluso en sus conciertos —de hecho, y debido a sus problemas pasados con el alcohol, no permite que ahay bebidas alcohólicas en sus shows—, para con los periódicos y las revistas de sociedad se pueden definir con un dato: a día de hoy, en el que el pequeño está a punto de cumplir la mayoría de edad, no hay ni una sola fotografía de los dos hijos de la pareja: Aibbe, nacida en febrero de 2006, y Fionn Ivan Patrick, que vino al mundo en agosto, un año después.
Se fueron a vivir a Dalkey, un pequeño pueblo costero y medieval al sureste de Dublín, y allí permanecieron juntos hasta, que se sepa, 2013, fecha en la que se descubre que están separados, al publicar Morrison un comunicado —cosa que suele hacer muy de vez en vez— en el que se distancia de Rocca y de una disputa legal que esta tenía con unos vecinos de la localidad. Otro comunicado, este de 2018, hacía oficial que estaban divorciados.
«La semana pasada, en Dublín, me concedieron el divorcio. A mi edad, me ha parecido una experiencia agotadora y muy prolongada, y me alivia que por fin haya llegado a su fin. Quiero agradecer a mi familia y a mis amigos cercanos por haberme ofrecido un respiro de la tormenta que ha durado los últimos ocho años. Ellos saben quiénes son y les estaré eternamente agradecido», afirmaba.
Una enorme tragedia
¿Y por qué diez años? Pues hay que remontarse a diciembre de 2009. En aquel momento, en un visto y no visto, apareció un extraño comunicado rápidamente borrado en la web del artista: «Gigi y Van Morrison se enorgullecen de anunciar el nacimiento de su primer hijo juntos, el pequeño Van, nacido el 28 de diciembre de 2009, y que es idéntico a su padre».
Este comunicado, se ha especulado, fue el comienzo del fin de su matrimonio con Rocca porque esa Gigi era alguien fácilmente identificable para quien conociera al músico: Gigi Lee, quien había realizado labores de producción en varias giras de Van Morrison. Los representantes del cantautor pronto afirmaron el cliché de que la cuenta había sido hackeada y emitieron otro mensaje firmado por el autor de éxitos como Crazy Love o Wild Night afirmando que lo que apareció «carecía de fundamento alguno» y que estaba «felizmente casado».
Pero Lee sí que había tenido un hijo. Se desconoce si fue ella quien escribió el primer comunicado, pero lo que ocurrió a continuación fue, sin duda, una enorme tragedia. El bebé falleció al poco de cumplir su primer año debido a un coma diabético, así como su madre, nueve meses después, con 44 años, perdía la vida debido a un cáncer de garganta del que había sido diagnosticada incluso antes de quedarse embarazada.
Si fue o no esta la causa de la separación y posterior divorcio de Michelle y Van es algo que difícilmente se sabrá. El músico cumple el próximo 31 de agosto 80 años y su actitud para con los medios no ha variado. Quizá incluso no sea cierto que esté soltero, pero es algo que, como él ha preferido a lo largo de toda su vida, no se sabrá hasta dentro de mucho tiempo. Mientras tanto, queda su música.
El artista acaba de ofrecer dos conciertos en Madrid.
Quizá, junto con Bob Dylan, sea uno de los músicos de la vieja guardia más eclécticos de la actualidad. Pero mientras que al de Minnesota se le siguen haciendo incluso biopics en Hollywood, a nadie por ahora se le ha ocurrido hacerle uno a Van Morrison. Y no extraña en absoluto: su casi 79 años han sido una mezcla de dedicación total a la música y un hermetismo sobre su vida privada que, sin embargo, cada vez que sale a la luz deja ojiplático a más de uno.. El cantante acaba de pasar por Madrid para dos conciertos en las Noches del Botánico. Lo ha hecho, como es desde los últimos siete años, como un hombre soltero, porque sus dos matrimonios han acabado en divorcio. Sin embargo, es curioso cómo ha llegado el autor de tan conocidos temas como Brown Eyed Girl, Have I Told You Lately?, Into the Mystic o Moondance a preferir la soledad y casi, claro, el misticismo en su día a día que la prototípica vida de una estrella de la música.. Hay que comenzar por Janet Rigsbee, su primera esposa, a la que conoció, como explican desde Vanity Fair, durante una gira que Morrison, natural de Irlanda del Norte, dio por Estados Unidos en 1966 con su entonces banda, Them, con la que empezó a darse a descollar, incluso teniendo como teloneros a los entonces pujantes The Doors —liderados por otro Morrison, Jim—.. Ella tenía 19 años, dos menos que él, pero eso no impidió que se fueran a vivir juntos a Nueva York. Al fin y al cabo, él acababa de firmar con un buen sello, Bang Records, y todo parecía ir sobre ruedas. Pero era una época convulsa en su país: acababa de comenzar el conflicto norirlandés. Y eso, para alguien que pedía un visado para permanecer en Estados Unidos era un problema. La solución fue sencilla: se casó con su novia estadounidense en 1968 y regularizó su situación.. Janet Planet, como él solía llamarla, fue clave para el éxito de los primeros discos en solitario de Van Morrison, desde Blowin’ Your Mind! a Tupelo Honey —en el que aparece en la portada montada a caballo— o el fundamental en su carrera, Astral Weeks. Entre medias, y mientras divagaban dónde vivir, pues se mudaron desde Woodstock, en el estado neoyorquino, a, por último, la otra costa, a California, nació la única hija de la pareja, Shana Caledonia Morrison, que vino al mundo en 1970 en Cambridge, en Massachusetts, estado en el que también residieron en su capital, Boston.. Pero una vez asentados la vida fue mucho más sencilla, ya que los padres del artista, Goerge y Violet, también debido al cada vez mayor número de muertos en el enfrentamiento interétnico y nacionalista de Irlanda del Norte, se mudaron también a California para estar cerca de su hijo y su familia, regentando además una tienda de discos, fruto de una colección que, precisamente, había sido esencial en su día para la educación musical de Van Morrison.. Y que lo sería también para Shana, que ha seguido los pasos paternos y, desde que acabó la universidad en los años 90, le ha acompañado en diversas giras, haciendo incluso duetos con él. Ya siguió su camino en solitario y si bien no ha tenido el éxito de su padre y su último álbum es de 2010, sigue actuando. Hay que puntualizar, además, que se crio con padres divorciados, pues Janet pidió el divorcio de George Ivan Morrison, su nombre completo, en 1973, cuando Shana tenía solo tres años.. Su segundo matrimonio: Michelle Rocca. Michelle Roca había sido Miss Irlanda en 1980, presentadora incluso de Eurovisión —en la gala de Dublín de 1988—, había estado casa con el futbolista del Arsenal John Devine y comprometida con Cathal Ryan, cuyo padre era el multimillonario y fundador de Ryanair, Tony Ryan, con quien había tenido su primer hijo y al que llegó a demandar por agresión. Y la irlandesa de origen italiano conoce al músico en una fiesta en el castillo de Leixlip organizada por el arquitecto Desmond Guinness en 1992.. Ella estaba acostumbrada a las páginas de papel couché, pero eso chocaba frontalmente con Van Morrison, que no quería tener nada que ver con la prensa. El romance fue tal que hubo simbiosis y nada en absoluto de su vida privada llegó a los medios. Apenas, como especifican desde el citado medio, que él fue un pilar fundamental para ella en su litigio contra Cathal. Y, como curiosidad, ella, y dos perros, son los protagonistas de la portada de Days Like This, canción y disco de 1995 que se convirtieron en himnos para el movimiento pacifista norirlandés —y que el público mayoritario asocia a Mejor… imposible.. La animadversión de Van Morrison, que siempre ha tenido fama de arisco incluso en sus conciertos —de hecho, y debido a sus problemas pasados con el alcohol, no permite que ahay bebidas alcohólicas en sus shows—, para con los periódicos y las revistas de sociedad se pueden definir con un dato: a día de hoy, en el que el pequeño está a punto de cumplir la mayoría de edad, no hay ni una sola fotografía de los dos hijos de la pareja: Aibbe, nacida en febrero de 2006, y Fionn Ivan Patrick, que vino al mundo en agosto, un año después.. Se fueron a vivir a Dalkey, un pequeño pueblo costero y medieval al sureste de Dublín, y allí permanecieron juntos hasta, que se sepa, 2013, fecha en la que se descubre que están separados, al publicar Morrison un comunicado —cosa que suele hacer muy de vez en vez— en el que se distancia de Rocca y de una disputa legal que esta tenía con unos vecinos de la localidad. Otro comunicado, este de 2018, hacía oficial que estaban divorciados.. «La semana pasada, en Dublín, me concedieron el divorcio. A mi edad, me ha parecido una experiencia agotadora y muy prolongada, y me alivia que por fin haya llegado a su fin. Quiero agradecer a mi familia y a mis amigos cercanos por haberme ofrecido un respiro de la tormenta que ha durado los últimos ocho años. Ellos saben quiénes son y les estaré eternamente agradecido», afirmaba.. Una enorme tragedia. ¿Y por qué diez años? Pues hay que remontarse a diciembre de 2009. En aquel momento, en un visto y no visto, apareció un extraño comunicado rápidamente borrado en la web del artista: «Gigi y Van Morrison se enorgullecen de anunciar el nacimiento de su primer hijo juntos, el pequeño Van, nacido el 28 de diciembre de 2009, y que es idéntico a su padre».. Este comunicado, se ha especulado, fue el comienzo del fin de su matrimonio con Rocca porque esa Gigi era alguien fácilmente identificable para quien conociera al músico: Gigi Lee, quien había realizado labores de producción en varias giras de Van Morrison. Los representantes del cantautor pronto afirmaron el cliché de que la cuenta había sido hackeada y emitieron otro mensaje firmado por el autor de éxitos como Crazy Love o Wild Night afirmando que lo que apareció «carecía de fundamento alguno» y que estaba «felizmente casado».. Pero Lee sí que había tenido un hijo. Se desconoce si fue ella quien escribió el primer comunicado, pero lo que ocurrió a continuación fue, sin duda, una enorme tragedia. El bebé falleció al poco de cumplir su primer año debido a un coma diabético, así como su madre, nueve meses después, con 44 años, perdía la vida debido a un cáncer de garganta del que había sido diagnosticada incluso antes de quedarse embarazada.. Si fue o no esta la causa de la separación y posterior divorcio de Michelle y Van es algo que difícilmente se sabrá. El músico cumple el próximo 31 de agosto 80 años y su actitud para con los medios no ha variado. Quizá incluso no sea cierto que esté soltero, pero es algo que, como él ha preferido a lo largo de toda su vida, no se sabrá hasta dentro de mucho tiempo. Mientras tanto, queda su música.