El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, permanece en silencio desde hace más de un mes. Su última comparecencia con preguntas de los medios de comunicación fue el 29 de abril, tras la reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional y el Consejo de Ministros convocada con motivo del apagón que dejó sin luz a la Península Ibérica. Desde entonces, han pasado cinco semanas marcadas por el escándalo protagonizado por Leire Díez, que ha sacudido al PSOE sin que el jefe del Ejecutivo haya ofrecido una explicación, lo que ha avivado la presión de sus socios de Gobierno, las propias filas socialistas y la oposición.. La única actividad pública de Sánchez en las últimas semanas se ha limitado a apariciones institucionales, tres sesiones de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados y publicaciones en su cuenta de X (antes Twitter). No obstante, en ningún momento ha hecho referencia directa al caso de Leire Díez, la exmilitante socialista implicada en unas grabaciones donde solicitaba información comprometedora sobre la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.. Sánchez, de hecho, evitó responder a preguntas de los periodistas en La Moncloa tras reunirse con el primer ministro de Eslovenia, Robert Golob, la semana pasada. Aunque estaba prevista una rueda de prensa, al final se optó por una declaración institucional sin turno de preguntas. Desde Moncloa justificaron la decisión alegando que los medios podrían centrarse en los audios de Leire Díez, y se prefirió evitar que el presidente del Gobierno se pronunciara sobre un asunto que, según señalaron, solo contribuía a amplificarlo en la agenda mediática.. Desde la oposición, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, precisamente advirtió este jueves de que Sánchez «lleva huido 36 días», desde la última vez que respondió a preguntas de los medios de comunicación. Feijóo remarcó que no concibe este tipo de política en la que en «una situación así» un presidente no dé «ninguna explicación pública sobre lo que está ocurriendo en su Gobierno, entorno y partido». «Esto avergüenza a cualquier país. Un primer ministro europeo que esté en la misma situación que Sánchez hubiese dimitido ya hace meses», dijo en un mitin de su partido en Canarias.. Ya el martes Feijóo había acusado a Sánchez de llevar un mes «callado» y mantener un «silencio cómplice» ante la presunta corrupción que, en su opinión, acorrala al Ejecutivo. «Nunca habíamos tenido tanta tensión política. Nunca tantas conductas presuntamente delictivas han rodeado al Gobierno, al partido y a los allegados del presidente», aseguró, después de que su partido pidiera el lunes la comparecencia del presidente del Gobierno en el Congreso para explicar la «guerra sucia ejecutada» por la supuesta ‘fontanera’.. Por otro lado, si bien la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha evitado apoyar la comparecencia de Sánchez en el Congreso, sí le ha instado a actuar y a mantener una conversación entre ambos para «aclarar lo que está pasando». «Cuando hay comportamientos como los que estamos conociendo estos días, hace falta ejemplaridad. El señor presidente del Gobierno actuó con una contundencia brutal con el caso Koldo y este es el camino a seguir», manifestó este jueves en una entrevista en La Sexta.. En cambio, los otros dos socios del Gobierno, Junts y ERC, sí apoyan la petición del PP para que Sánchez comparezca en el Congreso y dé explicaciones sobre los audios de la exmilitante socialista, mientras que Podemos se plantea su respaldo a la misma. En este sentido, el secretario de Organización de la formación morada, Pablo Fernández, criticó este jueves que Sánchez «guarde silencio» y le exigió «explicaciones exhaustivas y pormenorizadas».. «El presidente lleva más de un mes sin comparecer ante los medios de comunicación y sin dar explicaciones de forma transparente a toda la ciudadanía española», afirmó en una rueda de prensa desde Valladolid. «Todo el tiempo que permanece en silencio sobre los audios de esa militante del PSOE es un día perdido», advertía, asimismo, este martes la secretaria general de Podemos, Ione Belarra.. A pesar de que Sánchez ha evitado pronunciarse sobre la trama de la presunta ‘fontanera’, varios miembros del Gobierno y del PSOE han salido en su defensa en las últimas semanas. Desde que estalló la polémica el lunes 26 de mayo, han sido los ministros quienes han dado la cara ante los medios. Desde el Ejecutivo han rechazado cualquier vínculo con la exmilitante socialista y se han desmarcado de sus acciones, denunciando lo que consideran una campaña promovida por la derecha.. La semana pasada, la ministra de Educación, Pilar Alegría, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, reiteraron esa postura en una rueda de prensa en Moncloa, donde descartaron que el Gobierno fuera a tomar acciones legales contra Díez y dejaron el asunto en manos de la Justicia. Por su parte, la vicepresidenta María Jesús Montero recalcó que Díez «no habla en nombre del PSOE» y alertó de una estrategia de intoxicación política a través de «pseudomedios». La portavoz socialista, Esther Peña, denunció igualmente una «marcha más contra el Gobierno» promovida por sectores del poder «muy nerviosos» y cuyo objetivo principal es «tumbar al Gobierno».. Además, la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, acusó este jueves al PP de estar detrás del «esperpento» que se vivió este miércoles con la aparición del comisionista Víctor de Aldama, quien irrumpió este miércoles en la comparecencia de Díez ante los medios; al señalar que estaba «muy guionizado». Al mismo tiempo, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, afirmó que Díez ya no pertenece al partido, que ha habido un expediente informativo y que el PSOE ha tomado una decisión «con respecto a lo que se le entregó» en la reunión del martes.. A pesar del intento del PSOE de blindar a Sánchez, el caso ha desatado cierta presión que no solo llega desde fuera, sino que dentro del PSOE también hay voces críticas. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, pidió este jueves «claridad»: «Lo que necesito y deseo es que haya una separación radical de esta hemorragia, que no es buena para nadie, empezando por el Gobierno». Aunque se muestra convencido de que no hay «implicación ni de la dirección ni del Gobierno», Page reclama «información» y «transparencia».. Del mismo modo, el expresidente de Aragón Javier Lambán indicó este jueves que «urge una reacción cívica» ante el «espectáculo inenarrable» que rodea a los socialistas y ha instado al PSOE a dar dar explicaciones «sin insultar a la inteligencia de nadie». A su juicio, la formación debe cambiar «radicalmente» la estrategia de comunicación y no debe dirigirse a los militantes para que cierren filas, sino al conjunto de la sociedad para tratar de dignificar la política.
El presidente del Gobierno no se ha pronunciado en público sobre los escándalos que rodean al PSOE.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, permanece en silencio desde hace más de un mes. Su última comparecencia con preguntas de los medios de comunicación fue el 29 de abril, tras la reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional y el Consejo de Ministros convocada con motivo del apagón que dejó sin luz a la Península Ibérica. Desde entonces, han pasado cinco semanas marcadas por el escándalo protagonizado por Leire Díez, que ha sacudido al PSOE sin que el jefe del Ejecutivo haya ofrecido una explicación, lo que ha avivado la presión de sus socios de Gobierno, las propias filas socialistas y la oposición.. La única actividad pública de Sánchez en las últimas semanas se ha limitado a apariciones institucionales, tres sesiones de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados y publicaciones en su cuenta de X (antes Twitter). No obstante, en ningún momento ha hecho referencia directa al caso de Leire Díez, la exmilitante socialista implicada en unas grabaciones donde solicitaba información comprometedora sobre la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.. Sánchez, de hecho, evitó responder a preguntas de los periodistas en La Moncloa tras reunirse con el primer ministro de Eslovenia, Robert Golob, la semana pasada. Aunque estaba prevista una rueda de prensa, al final se optó por una declaración institucional sin turno de preguntas. Desde Moncloa justificaron la decisión alegando que los medios podrían centrarse en los audios de Leire Díez, y se prefirió evitar que el presidente del Gobierno se pronunciara sobre un asunto que, según señalaron, solo contribuía a amplificarlo en la agenda mediática.. Desde la oposición, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, precisamente advirtió este jueves de que Sánchez «lleva huido 36 días», desde la última vez que respondió a preguntas de los medios de comunicación. Feijóo remarcó que no concibe este tipo de política en la que en «una situación así» un presidente no dé «ninguna explicación pública sobre lo que está ocurriendo en su Gobierno, entorno y partido». «Esto avergüenza a cualquier país. Un primer ministro europeo que esté en la misma situación que Sánchez hubiese dimitido ya hace meses», dijo en un mitin de su partido en Canarias.. Ya el martes Feijóo había acusado a Sánchez de llevar un mes «callado» y mantener un «silencio cómplice» ante la presunta corrupción que, en su opinión, acorrala al Ejecutivo. «Nunca habíamos tenido tanta tensión política. Nunca tantas conductas presuntamente delictivas han rodeado al Gobierno, al partido y a los allegados del presidente», aseguró, después de que su partido pidiera el lunes la comparecencia del presidente del Gobierno en el Congreso para explicar la «guerra sucia ejecutada» por la supuesta ‘fontanera’.. Por otro lado, si bien la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha evitado apoyar la comparecencia de Sánchez en el Congreso, sí le ha instado a actuar y a mantener una conversación entre ambos para «aclarar lo que está pasando». «Cuando hay comportamientos como los que estamos conociendo estos días, hace falta ejemplaridad. El señor presidente del Gobierno actuó con una contundencia brutal con el caso Koldo y este es el camino a seguir», manifestó este jueves en una entrevista en La Sexta.. En cambio, los otros dos socios del Gobierno, Junts y ERC, sí apoyan la petición del PP para que Sánchez comparezca en el Congreso y dé explicaciones sobre los audios de la exmilitante socialista, mientras que Podemos se plantea su respaldo a la misma. En este sentido, el secretario de Organización de la formación morada, Pablo Fernández, criticó este jueves que Sánchez «guarde silencio» y le exigió «explicaciones exhaustivas y pormenorizadas».. «El presidente lleva más de un mes sin comparecer ante los medios de comunicación y sin dar explicaciones de forma transparente a toda la ciudadanía española», afirmó en una rueda de prensa desde Valladolid. «Todo el tiempo que permanece en silencio sobre los audios de esa militante del PSOE es un día perdido», advertía, asimismo, este martes la secretaria general de Podemos, Ione Belarra.. El PSOE intenta cerrar filas. A pesar de que Sánchez ha evitado pronunciarse sobre la trama de la presunta ‘fontanera’, varios miembros del Gobierno y del PSOE han salido en su defensa en las últimas semanas. Desde que estalló la polémica el lunes 26 de mayo, han sido los ministros quienes han dado la cara ante los medios. Desde el Ejecutivo han rechazado cualquier vínculo con la exmilitante socialista y se han desmarcado de sus acciones, denunciando lo que consideran una campaña promovida por la derecha.. La semana pasada, la ministra de Educación, Pilar Alegría, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, reiteraron esa postura en una rueda de prensa en Moncloa, donde descartaron que el Gobierno fuera a tomar acciones legales contra Díez y dejaron el asunto en manos de la Justicia. Por su parte, la vicepresidenta María Jesús Montero recalcó que Díez «no habla en nombre del PSOE» y alertó de una estrategia de intoxicación política a través de «pseudomedios». La portavoz socialista, Esther Peña, denunció igualmente una «marcha más contra el Gobierno» promovida por sectores del poder «muy nerviosos» y cuyo objetivo principal es «tumbar al Gobierno».. Además, la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, acusó este jueves al PP de estar detrás del «esperpento» que se vivió este miércoles con la aparición del comisionista Víctor de Aldama, quien irrumpió este miércoles en la comparecencia de Díez ante los medios; al señalar que estaba «muy guionizado». Al mismo tiempo, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, afirmó que Díez ya no pertenece al partido, que ha habido un expediente informativo y que el PSOE ha tomado una decisión «con respecto a lo que se le entregó» en la reunión del martes.. A pesar del intento del PSOE de blindar a Sánchez, el caso ha desatado cierta presión que no solo llega desde fuera, sino que dentro del PSOE también hay voces críticas. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, pidió este jueves «claridad»: «Lo que necesito y deseo es que haya una separación radical de esta hemorragia, que no es buena para nadie, empezando por el Gobierno». Aunque se muestra convencido de que no hay «implicación ni de la dirección ni del Gobierno», Page reclama «información» y «transparencia».. Del mismo modo, el expresidente de Aragón Javier Lambán indicó este jueves que «urge una reacción cívica» ante el «espectáculo inenarrable» que rodea a los socialistas y ha instado al PSOE a dar dar explicaciones «sin insultar a la inteligencia de nadie». A su juicio, la formación debe cambiar «radicalmente» la estrategia de comunicación y no debe dirigirse a los militantes para que cierren filas, sino al conjunto de la sociedad para tratar de dignificar la política.