El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha sacado pecho por la operación ‘Tela de Araña’, que ha permitido al ejército ucraniano asestar un duro golpe contra la aviación estratégica rusa. «Un resultado absolutamente brillante que, sin duda, quedará grabado en los libros de historia», ha recalcado Zelenski respecto a una operación que Kiev ha tardado año y medio en tejer y de la que poco a poco se van conociendo más detalles.. Ucrania ha cifrado en al menos 13 los aviones rusos destruidos en su ataque con drones de este domingo, pero asegura que varias decenas más han sufrido importantes daños, mientras que Rusia no ha realizado ningún balance oficial de aparatos afectados.. Respecto a la operación, se sabe que Ucrania consiguió introducir sus drones en territorio ruso mediante contrabando. Esos drones fabricados por la industria nacional y que cuestan menos de 500 euros, fueron los que destruyeron los aviones de combate rusos, infligiendo pérdidas millonarias al ejército ruso, además de un duro golpe en su orgullo.. Una vez introducidos en territorio ruso, los drones atacaron diferentes bases militares rusas a miles de kilómetros de distancia de la frontera ucraniana. Entre las bases afectadas, se encuentran la base aérea de Olenya, en la región ártica de Murmansk, y la base aérea de Belaya, en la región siberiana de Irkutsk, esta última a más de 4.000 km de la línea del frente.. Mediante su operación ‘Tela de Araña’, la inteligencia ucraniana consiguió ocultar sus drones en casas de madera portátiles que fueron transportadas en camiones hasta la cercanía de las bases militares atacadas. Curiosamente, los conductores de esos camiones ni siquiera sabían que transportaban un cargamento de drones ucranianos oculto en su mercancía. Ellos se limitaron a transportar las casas portátiles hasta su destino, creyendo que habían sido compradas por un cliente.. Cuando llegaron a las cercanías de los objetivos, en Murmansk e Irkutsk, los camioneros fueron instados a detenerse en una gasolinera para quedar con el cliente. Fue en ese momento cuando los tejados de las casas portátiles se abrieron y el enjambre de drones ucranianos voló para destruir los aviones de combate rusos.. Los conductores han sido interrogados por los investigadores rusos y han declarado que desconocían el contenido de su cargamento. Según medios rusos, los conductores fueron contactados por supuestos empresarios, que les encargaron transportar esas casas portátiles y les indicaron el punto en el que tenían que detenerse.. Zelenski también ha revelado que la oficina desde donde se coordinó toda la operación secreta estaba situada al lado de una instalación dirigida por los servicios de seguridad rusos, el FSB, sin duda un motivo más de humillación para el Kremlin. El presidente ucraniano también se ha congratulado de que todos sus agentes que participaron en la operación lograron abandonar el territorio ruso sanos y salvos.
20MINUTOS.ES – Internacional
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha sacado pecho por la operación ‘Tela de Araña’, que ha permitido al ejército ucraniano asestar un duro golpe contra la aviación estratégica rusa. «Un resultado absolutamente brillante que, sin duda, quedará grabado en los libros de historia», ha recalcado Zelenski respecto a una operación que Kiev ha tardado año y medio en tejer y de la que poco a poco se van conociendo más detalles.. Ucrania ha cifrado en al menos 13 los aviones rusos destruidos en su ataque con drones de este domingo, pero asegura que varias decenas más han sufrido importantes daños, mientras que Rusia no ha realizado ningún balance oficial de aparatos afectados.. Respecto a la operación, se sabe que Ucrania consiguió introducir sus drones en territorio ruso mediante contrabando. Esos drones fabricados por la industria nacional y que cuestan menos de 500 euros, fueron los que destruyeron los aviones de combate rusos, infligiendo pérdidas millonarias al ejército ruso, además de un duro golpe en su orgullo.. Una vez introducidos en territorio ruso, los drones atacaron diferentes bases militares rusas a miles de kilómetros de distancia de la frontera ucraniana. Entre las bases afectadas, se encuentran la base aérea de Olenya, en la región ártica de Murmansk, y la base aérea de Belaya, en la región siberiana de Irkutsk, esta última a más de 4.000 km de la línea del frente.. Mediante su operación ‘Tela de Araña’, la inteligencia ucraniana consiguió ocultar sus drones en casas de madera portátiles que fueron transportadas en camiones hasta la cercanía de las bases militares atacadas. Curiosamente, los conductores de esos camiones ni siquiera sabían que transportaban un cargamento de drones ucranianos oculto en su mercancía. Ellos se limitaron a transportar las casas portátiles hasta su destino, creyendo que habían sido compradas por un cliente.. Cuando llegaron a las cercanías de los objetivos, en Murmansk e Irkutsk, los camioneros fueron instados a detenerse en una gasolinera para quedar con el cliente. Fue en ese momento cuando los tejados de las casas portátiles se abrieron y el enjambre de drones ucranianos voló para destruir los aviones de combate rusos.. Los conductores han sido interrogados por los investigadores rusos y han declarado que desconocían el contenido de su cargamento. Según medios rusos, los conductores fueron contactados por supuestos empresarios, que les encargaron transportar esas casas portátiles y les indicaron el punto en el que tenían que detenerse.. Según medios ucranianos, la inteligencia artificial también tuvo un papel determinante en el éxito de la operación porque muchos drones fueron entrenados mediante IA para que detectaran los aviones rusos con precisión. El entrenamiento se llevó a cabo en el museo de aviación de Poltava, donde hay aparatos de la era soviética que mantienen características similares con los actuales aviones rusos destruidos. Mediante IA, se desarrollaron algoritmos que permitieron a los drones aprender el diseño de esas aeronaves soviéticas para posteriormente identificar mejor sus objetivos en las bases rusas.. Zelenski también ha revelado que la oficina desde donde se coordinó toda la operación secreta estaba situada al lado de una instalación dirigida por los servicios de seguridad rusos, el FSB, sin duda un motivo más de humillación para el Kremlin. El presidente ucraniano también se ha congratulado de que todos sus agentes que participaron en la operación lograron abandonar el territorio ruso sanos y salvos.
